Un aterrizaje destructivo
- MM
- 1 may 2018
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El tema de un nuevo aeropuerto en la Ciudad de México ha estado cargado de tensiones e incertidumbres por la variedad de intereses que un proyecto de esta magnitud genera en un país donde la corrupción es imperante.
Es importante recordar que este proyecto surge desde 2006 en la administración panista de Vicente Fox, desde entonces se consideraba la zona del Lago de Texcoco como la más “adecuada” para llevar a cabo el proyecto; en aquellos años no se consiguió el apoyo suficiente para impulsar la construcción del aeropuerto, sin embargo se retomó en las promesas de campaña del presidente electo en 2012 Enrique Peña Nieto.
Una vez reiterada la zona de Texcoco como la más apta, la Secretaría de Medio Ambiente del EDOMEX y otras áreas se encargaron de analizar todas las variables involucradas en la elección del mejor sitio. Durante este análisis, los ejidatarios de Texcoco y Atenco habían expresado enérgica y organizadamente su oposición al proyecto.

La importancia que tiene esta zona como parte del área metropolitana de la Ciudad de México radica en una racionalidad sustentada en el crecimiento de una economía con efectos depredadores de los recursos naturales. Por otro lado, también se violentará la herencia cultural, la identidad, la diversidad étnica, la histórica, la política y social del Valle de México. Por ello es importante recordar que el Decreto Expropiatorio del Ejecutivo Federal en los territorios de Texcoco y Atenco es un precedente en materia urbana y ambiental porque los costos que representa este proyecto va más allá de la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), el proyecto implica la construcción de una zona comercial y hotelera, todo ello implica un cambio en las relaciones económicas, políticas y sociales que tiene la población ahí establecida.
Justificaron su decisión en estudios elaborados por organismos que carecían del perfil adecuado, plagados de fallas y corrupción; pero eso si, haciendo énfasis en el prestigio de contar con una obra de infraestructura de alto nivel; resaltando las virtudes del proyecto, la visión de los autores del mismo, el reconocimiento internacional que se busca, al tiempo que se omiten los defectos y aspectos cuestionables.
Resulta evidente que el diseño de esta obra pública pasa por alto diversos aspectos primordiales para una ciudad como lo es controlar el crecimiento urbano, el abastecimiento de servicios básicos, las comunicaciones y el acceso. Se ha buscado aparentar tener interés en el bien común, haciéndonos creer que será un impulsor de la estancada economía mexicana, cuando los únicos que se beneficiarán de ello son las clases dominantes.
Quienes elaboran las políticas públicas, pueden omitir muchos aspectos vitales para los supuestos beneficiarios, dándole preferencia a intereses ajenos al bienestar de las comunidades receptoras. Al evitar consultar a la ciudadanía están haciendo otra cosa distinta de la que dicen pretender.
Los gobiernos del PRI se han caracterizado por el anhelo de plasmar su presencia en obras monumentales, así aparece como un claro ejemplo el proyecto NAIM, sin atender otros asuntos de carácter social apremiantes. También mediante la propaganda que se ha dado a este mega proyecto se ha reafirmado la constante manipulación del pueblo, tratando de convencerlos de que sus acciones son en pro del pueblo, cuando es todo lo contrario, buscan polarizar a la audiencia alrededor de dos posturas opuestas que representan escenario distintos y así enfrentar a la población en general con los opositores que resultan también ser los afectados principales.

No debemos olvidar los movimientos sociales surgidos en torno a esta construcción, mismos que tienen su origen en el descontento de una capa de la población o en grupos que han sufrido agravios y que han sido desatendidos por el estado.
Para debilitar el movimiento social que se opone al NAIM se ha sembrado desconfianza en la población, surgió una especie de líder externo al movimiento opositor, alguien con prestigio y recursos, mismos que le otorgaran cierto grado de credibilidad ante la mayoría de la población: Carlos Slim, el hombre más rico de América Latina.
Con todo ello observamos el conflicto de intereses que se genera alrededor de este proyecto, la oposición del presidenciable AMLO no significa que sea un opositor consiente, más bien que sus intereses no se ven beneficiados con la obra de Slim y por eso propone una alterna.
A final de cuentas resulta evidente que las clases dominantes no abogarán jamás por el proletariado, simplemente se encasillan en discusiones interminables con tal de lograr ser ellos los beneficiados; por ello es imperante luchar codo a codo con nuestra clase y defender los derechos, territorios, costumbres y todo aquello que el NAIM promete destruir.
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