Sindicatos, organizaciones y elecciones
- Stein
- 1 may 2018
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En temporada de elecciones es común ver a políticos promocionándose por diferentes medios, para convencernos de porque debemos votar por ellos para que nos representen, pero en realidad en lo que vemos y escuchamos no hay ninguna propuesta en la que realmente refleje los intereses de los trabajadores, o algún argumento del por qué deberíamos creerles, cuando son ellos los que han aprobado las reformas que como resultado tenemos la pauperización de los salarios. O una explicación de por qué en su equipo se incluye a gente ligada a la corrupción, desvió de recursos y sobre todo personas en cuyas manos corre sangre de compañeros trabajadores.
Desde la institucionalización de la revolución mexicana y con ella la creación del PNR –Partido Nacional Revolucionario- que posteriormente se convertiría en PRM –Partido de la Revolución Mexicana- los sindicatos charros han jugado un papel importante en la elección de políticos mediante negociaciones de salarios y prestaciones –o en muchos solo mantener las mínimas prestaciones- y que gracias a esto, los dirigentes se han ido perpetuando en sus puestos así como ocupar a su vez cargos públicos, todo esto claro mientras sean fieles al régimen. Como ejemplos tenemos a Víctor Flores Morales que es dirigente del Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana (S.T.F.R.M) y militante del PRI, este año aspira a una candidatura en la cámara de Senadores, así como lado tenemos a Carlos Antonio Romero Deschamps que de igual manera es militante del PRI y líder sindical de Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana STPRM que agremia a los trabajadores de Pemex y que actualmente es Senador, como estos casos hay muchos más.
Claro es que la historia del sindicalismo en México no se reduce a la cooptación y servilismo político, un claro ejemplo de dignidad sindical han sido los ferrocarrileros -1926-27, 1958 por mencionar unos- en su lucha por mejoras y contra el charrísimo. Los si

ndicatos juegan un papel importante en la vida política del país, y los sindicatos democráticos e independientes que existen, a pesar de las limitantes que cada uno tiene, son referente en la lucha contra las políticas que la burguesía con la ayuda de su lacayo, el estado, intentan implementar. Lo que sí es una realidad es que en los últimos años el número de afiliados ha ido en detrimento, esto por los diferentes golpes que ha recibido el sindicalismo y en general la clase trabajadora además de la apatía de diferentes sectores de trabajadores, así como la falta de formación de nuevos cuadros.
La implementación de políticas neoliberales lo único que ha dejado es un país con bajos salarios, niveles altos de desempleo, aumento del precio de la canasta básica, además del cierre de fábricas e industrias, flexibilidad laboral -salarios mal remunerados y horarios de por lo menos 10 horas-, privatización de diferentes ramas de la producción que son estratégicas, trabajadores sin seguridad social. Esto da como resultado una población que decide dedicarse a lo que llaman “economía informal”, la cual muchas veces permite satisfacer las necesidades de vivienda, alimento y vestido, además que existen facilidades –sobre todo a las mujeres- para darse un tiempo del cuidado de la familia. El aumento de estas actividades económicas ha traído consigo la organización de estos trabajadores y que los partidos políticos han sabido provechar para afiliarlos, condicionándolos con el permiso de plaza en el caso de los tianguis o de las rutas y protección con los transportistas.
Si bien, no todas las organizaciones que se dedican a aglutinar a los diferentes sectores de la economía “informal” están ligadas con algún partido político, la mayoría si lo está y en tiempos de elecciones son las que llenan las plazas o eventos donde se presentan los farsantes de la “democracia”, por otro lado las organizaciones que no están ligadas a partidos políticos, si no tienen una política independiente definida, son susceptibles a ser cooptadas. Al igual que los sindicatos, deben tener una política autónoma y de clase.
Las elecciones de este año son esperadas por mucha gente que quiere un cambio, desafortunamente no creemos que AMLO sea el presidenciable ya que la política en México, a diferencia de otros países, existe un factor al que la burguesía –nacional e internacional- ha recurrido, el famoso “fraude” y consideramos que muy difícilmente la burguesía dejara que Obrador sea el ganador, es por esto que creemos necesario lanzar la pregunta ¿Qué harán los seguidores de AMLO, permitirán el fraude una vez más?
Desde nuestra humilde opinión decimos que gane quien gane las cosas no cambiaran ya que todos los candidatos que disputan el poder a la presidencia van a seguir perpetuando este sistema de miseria, explotación y despojo para los trabajadores del campo y la ciudad, la única manera de frenar la barbarie capitalista es con la transformación de la sociedad, pero queda claro que no mediante reformas.
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