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La otra izquierda, la que está a la derecha

  • Quak
  • 1 may 2018
  • 4 Min. de lectura

La izquierda en el mundo y a través de la historia ha tenido que dar la batalla para su sobrevivencia en el sistema político mundial contra una derecha reaccionaria, dominante y con el poder económico. También es verdad que muchas veces ha sido víctima de sus propios vicios, dogmas y sectarismos, y aunque el presente artículo no pretende hacer una caracterización de la izquierda, es necesario un pequeño bosquejo de la condición actual en México a escasos meses de la elección de más de 3 mil cargos públicos, incluyendo el de presidente.


A dos meses del día de la elección el 1 de julio, el candidato a la presidencia por la coalición “Juntos haremos historia”, integrada por MORENA, Partido del Trabajo (PT) y el Partido Encuentro Social (PES), Andrés Manuel López Obrador, es puntero en las encuestas de la intención del voto, superando casi el doble a su rival más cercano Ricardo Anaya candidato de la coalición “Por México al frente” integrada por el PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, y en un rezagado tercer sitio viene el candidato del PRI José Antonio Meade y muchísimo más atrás le siguen Margarita Zavala y el Bronco, candidatos “independientes”.


¿Dónde está la izquierda en estas campañas?


Aunque muchos se empeñan en asociar la política de izquierda con el programa de MORENA, la verdad es que


esta lejos de ser un programa de una izquierda revolucionaria y representa, más bien, una izquierda reformista, blandengue y conciliadora. Revisando sus plataformas de partido es evidente que nunca marca una ruptura con el capital privado, ni con el imperialismo –estadounidense sobre todo- , por ningún lado plantea el cortar de tajo con la deuda externa que significa un enorme peso que recae sobre la clase trabajadora. Plantea a la corrupción como el peor de todos los males, y aunque efectivamente la corrupción además de cobrar vidas implica un gasto económico enorme, no es suficiente combatirla para generar un estado de bienestar para el pueblo en general, es necesario la instauración de una economía planificada bajo la dirección del pueblo trabajador.


Según Andrés Manuel, basta que todos salgamos el 1 de julio a votar por el para que a partir del primero de diciembre todo sea mejor: la injustica y desigualdad social acabarán, será algo así como ver la luz al salir de un túnel. Pero basta echar un vistazo a su andar antidemocrático en sus respectivos procesos internos de MORENA, donde en prácticamente todos han sido producto de una imposición de candidatos desde las cúpulas de ese partido, el cobijo y perdón que ha otorgado a políticos que tienen las manos llenas de sangre como Fausto Vallejo en Michoacán y que ahora es impulsado por MORENA en esa entidad; otro ejemplo es la organización Asamblea de Barrios en la Ciudad de México que se ha encargado de movilizar innumerables personas a los mítines de los candidatos de MORENA, espejo de las actividades que por años el PRI ha realizado a lo largo del país.


Otra cosa carente en esta izquierda conciliadora es la nula claridad en temas como el aborto, el respeto integro a todos los derechos por igual a la comunidad LGBT+ y la alianza con el conservador y evangelista Partido Encuentro Social, estos temas seguramente pasarán a último plano. Muchas ocasiones AMLO ha manifestado su admiración a Benito Juárez, ese presidente que a pesar de ser indígena, persiguió e intensifico una guerra por los territorios contra los indígenas para ofrecer estos a los inversionistas principalmente de Estados Unidos, y aunque en esta materia ha mencionado apoyar a los indígenas, no ha sido clara la manera en que piensa hacerlo, sin una visión proletaria de la cuestión indígena, estos seguirán siendo orgullo de portadas de revista, documentales y turismo internacional.


La otra dizque izquierda



El PRD, otro partido que se dice de izquierda y que ha demostrado que tiene colmillo para salir de su crisis interna y propuso un frente, una alianza; a este llamado se sumó el PAN y Movimiento Ciudadano, tanto el PRD como MC cedieron la candidatura presidencial al PAN, dejando claro que agenda va primero, la de la histórica derecha en México esa derecha panista con nexos con organizaciones fascistas de España como el “yunque” , esa misma derecha que aboga por darle más poder a la iglesia e involucrarla en políticas públicas como la educación.

Las militancias


Como militantes de una izquierda revolucionaria respaldamos y admiramos a muchos militantes de MORENA y aún todavía del PRD, esos militantes y simpatizantes cuya intención es la trasformación social y que han sido presas de la desesperación y de la idea de que es la única manera de alcanzar mejores condiciones para el pueblo trabajador. Esos que nos despachan en la tiendita de la esquina, los estudiantes comprometidos con el bienestar social, los pequeños comerciantes, los campesinos y también los obreros. Esos mismos que les han dado la espalda en sus respectivos procesos internos.


Empujando la verdadera izquierda



Por otra parte, nos encontramos diversas organizaciones, algunos colectivos, algunos sindicatos, empujando desarticuladamente una izquierda más a la izquierda, es decir, una izquierda revolucionaria, una que colectivice las soluciones con verdadera democracia proletaria. Nuestros esfuerzos son en medida de nuestras capacidades, pues al ser proletarios, mientras militamos, igualmente tenemos que luchar día a día por sobrevivir en medio de tanta desigualdad e injusticias, en medio de un clima de violencia generado por las contradicciones constitutivas del capitalismo. A razón del avance del capitalismo y sus instituciones, organizaciones de verdadera izquierda nos agrupamos y nos nutrimos de los cada vez más descontentos con el estado actual de las cosas. Llamamos a la organización, en las fábricas, en las parcelas, en las aulas, en el barrio. A generar un programa de lucha que aglutine los deseos de la clase trabajadora que valen más que los deseos de acumulación y riqueza de la burguesía. A una militancia constante que permita en un futuro votar en plena democracia a los voceros del pueblo. Y no como pretenden que lo hagamos este primero de julio.



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