top of page

El peligro de ser periodista

  • MM
  • 15 abr 2018
  • 2 Min. de lectura

Si nos ponemos a pensar sobre cuál podría ser la profesión más peligrosa muchos diríamos, al menos en mi caso, que serían aquellas dedicada a preservar la seguridad: los policías, el ejército, la marina; incluso aquellas en la industria farmacéutica por el tema de los químicos y las pruebas que se hacen, sin embargo, y a las pruebas me remito, la realidad es que ninguna de ellas es tan peligrosa de ejercer como el periodismo. La realidad violenta que se vive en América Latina derivada de la coalición entre crimen organizado y gobierno hace de la labor del comunicador una de las más inseguras.


En nuestro país es un tema recurrente la censura, la represión, la desaparición y el asesinato de todo opositor al régimen, de quien se atreva a levantar la voz ante cualquier ataque derivado de la violencia sistemática. Claro esta que la labor de los periodistas que se atreven, no solo a investigar, también a sacar a la luz cualquier situación que ponga en evidencia las malas prácticas de los gobernantes y de sus aliados será “castigada”.

De acuerdo con datos de El Financiero, México figura entre los países más peligrosos para ejercer el periodismo con más de un centenar de comunicadores asesinados por causas ligadas a su trabajo desde el año 2000. Sin olvidar que el 90% de estos casos quedan impunes.


Es claro que la situación no solo existe dentro de los límites de nuestro territorio, en Ecuador, un caso reciente y bastante sonado debido a que no hay registros de situación similar en los últimos 30 años de aquél país, es el del equipo periodístico de El Comercio: El periodista Javier Ortega, el fotógrafo Paúl Rivas y el conductor Efraín Segarra fueron secuestrados el pasado lunes 26 de marzo en Mataje, Esmeralda cuando realizaban una cobertura sobre la situación de los habitantes de la zona por la presencia de grupos armados, disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que los gobiernos de Colombia y Ecuador señalan que están dirigidas por alias Guacho.


Ante los hechos y bajo el eslogan de #NosFaltan3, compañeros periodistas han lanzado una intensa campaña para exigir a los Gobiernos de Ecuador y Colombia que los devuelvan con vida a casa. La campaña ha sido adoptada por parte de la sociedad de diversas partes de Ecuador que muestra su inconformidad con los hechos y que organizados exigen la aparición de Javier, Paúl y Efraín

Pruebas recientes difundidas por medios colombianos aseguran que se encontraron los cuerpos de los 3 comunicadores, hasta el momento de la publicación de esta nota no se aseguraba aún si eran ellos o no.


Es imperante comprender la importancia histórica de la labor periodística, el hecho de informar sobre lo desconocido es tan importante como peligroso en regímenes pseudo democráticos. El intento por acallar estas voces existe desde que el oficio se demostró como forma de oposición, por ser otra de las trincheras desde donde se lucha contra el abuso de poder. Por ello es imprescindible hacer nuestra esta lucha y recordarles a los compañeros que: ¡No están solos!.


 
 
 

Comments


bottom of page