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“La otra campaña” después del registro.

  • MM y Yaocihuameztli
  • 12 abr 2018
  • 3 Min. de lectura

Desde inicios del mes de octubre 2017, cuando el Concejo Indígena de Gobierno (CIG) y su vocera: María de Jesús Patricio Martínez “Marichuy” se registraron ante el INE como candidatura independiente, inició su recorrido a lo largo de las comunidades del país para lograr las 866, 593 firmas que el instituto demanda para registrar oficialmente su candidatura y que esta pueda aparecer en las boletas de los comicios electorales del primero de julio.



Durante estos pocos más de 100 días todo el equipo de trabajo del CIG ha visitado 30 entidades federativas, no solo recabando firmas, sino también escuchando las inconformidades e injusticias que forman parte de la cotidianidad de los pueblos originarios y de toda la clase trabajadora; más aún, se han escuchado y reunido sus propuestas. En un país controlado por el crimen organizado, los problemas para la caravana e Marichuy se presentaron en forma de acoso por parte de grupos armados cuando visitaban Tierra Caliente, Michoacán.


Cabe mencionar que en las comunidades indígenas que ha visitado, las condiciones para recolectar las firmas no existen, en ocasiones no hay ni siquiera luz que permita el registro mediante las condiciones que impone el INE; y es que a esta institución se le olvida considerar las particularidades de cada región en México. A escasos 4 meses de llegarse el día donde se simula la existencia de democracia en México, la candidata independiente cuenta con poco más de 215 mil firmas, es decir, se han logrado apenas el 25% del total necesario. Para los que integramos el Periódico Labor, resultaba más que posible este escenario, es por ello que nosotros apostamos por la propuesta atrás de la colecta de firmas, sumarnos al ejercicio de organización desde abajo, que trascienda la recolección de firmas y el proceso electoral de julio.


Hoy en día el proceso de colecta de firmas en apoyo a la candidatura independiente de la vocera del CIG-CNI se ha vencido, con un notorio desgaste de las redes delegacionales y universitarias en el proceso, una evidente polarización a lo interno en torno a la toma de decisiones, que han mermado la posibilidad a corto plazo de accionar ante los casos de hostigamiento y represión contra luchadores sociales, gestores auxiliares así como concejales durante las caravanas.


No obstante, la propuesta organizativa del CIG-CNI no pierde su valía, ya que enfrentamos tiempos electorales, donde los intereses de la clase explotadora se ven claramente reflejados en todos los partidos oficiales.


Resulta imprescindible hacer un llamado urgente a las redes de apoyo al CIG-CNI en el campo y la ciudad, dentro y fuera del país, para retomar el trabajo, no sin antes impulsar un encuentro nacional de análisis sobre la candidatura independiente, identificar nuestras fallas, fortalecer nuestros logros y recontextualizar a los simpatizantes sobre el clima político adverso a enfrentar. Recordemos que a diferencia del año pasado, hoy pesa sobre nuestros hombros la aprobación de la Ley de seguridad interior, que legitima el uso de la fuerza pública y viene a revivir los tiempos de represión más cruentos a manos del mismo partido político.


No es casualidad que más del 60% de las redes de apoyo a la propuesta organizativa del CNI-CIG, compartieran una participación activa en las jornadas de rescate post sismo. Tal experiencia nos sensibilizó ante la propuesta organizativa del CIG, reafirmando que los intereses de la clase trabajadora no han sido ni serán contemplados, y mucho menos por los candidatos a la presidencia de los partidos oficiales, incluida la coalición que se autoproclama de izquierda, ya que por la vía de los hechos su derechización es inaceptable, no basta con ser denominada la mejor opción, ya que al no representar los intereses de la clase trabajadora, su política resultante no erradicará ni mitigará las condiciones de explotación en la cual estamos inmersos.


Es por ello que la propuesta que defendemos e impulsamos es la de una organización a largo plazo, manteniendo los principios que rigen la propuesta del CIG.



 
 
 

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