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La desaparición forzada: la policía al desnudo.

  • El Súper
  • 29 ene 2018
  • 3 Min. de lectura

Marco Antonio Sánchez Flores es un estudiante de la Prepa 8 de la UNAM. El día martes, 23 de enero de 2018 se encontraba en las cercanías del CETRAM El Rosario, cuando al tomarle una fotografía a un joven, tres policías lo detuvieron bajo la acusación de estar asaltándolo. El joven rechazó estar siendo asaltado o robado por Marco, pero la policía insistió en capturarlo, por lo que corrió hasta ser interceptado por los policías, y golpeado en el suelo. Su acompañante logró tomar una fotografía de la agresión, pero no pudo evitar que los policías se llevaran a Marco, asegurando que lo llevarían al Ministerio Público 40 de la delegación Azcapotzalco.


El joven no fue presentado en el MP, y es fecha que se desconoce su paradero. Los policías implicados aseguran que después de subirlo a la patrulla, lo dejaron en libertad algunas calles después. Al momento de escribirse este artículo, el periódico "El Heraldo de México" reveló que se encontraron indicios de que se encontraba en las calles de Tlalnepantla, Estado de México, pero sin conocer su locación exacta.


Sus padres han interpuesto una queja en la CNDH por las faltas cometidas por los cuerpos de policía, sin embargo este acto es una muestra del un modo de actuar que se ha vuelto bastante común en la policía, no solamente en la Ciudad de México, sino en todo el país.


La desaparición forzada tiene una larga historia en México y el caso mediático más reciente es el de la desaparición de 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa en septiembre de 2014, en donde la policía municipal fue el principal actor, en colusión con el ejército y con apoyo de la negligencia de la PGR por negarse a realizar una investigación adecuada y, en cambio, encarcelar chivos expiatorios.


Desde el inicio de esta guerra contra el narco, la desaparición forzada ha sido una constante dentro de diferentes entidades, entre las que se incluye la desaparición de periodistas, activistas y personas que arbitrariamente han sido secuestradas por la policía o el ejército.


El caso de Marco Antonio Sánchez viene a destapar a la luz pública la contrariedad que representa las instituciones de seguridad y justicia en este país, ya que en el clima tan crítico de inseguridad y violencia, el hecho que estas instituciones sean cómplices, tanto de manera coyuntural como sistémica, se vuelve intolerable e insoportable.


Hasta ahora se está realizando el llamado por parte de diferentes organizaciones y colectivos para la movilización para exigir la aparición con vida de Marco Antonio.



Recordamos que esta ciudad no está exenta de los terribles abusos de las instituciones de justicia y seguridad, y que el gobierno de Miguel Ángel Mancera ya ha sido cómplice de estos abusos al mantener sin esclarecer casos como el multihomicidio de la colonia Narvarte en 2015, donde fueron asesinados el fotoperiodista Ruben Espinoza y la activista Nadia Vera, quienes ya habían sido amenazados por agentes del gobierno de Javier Duarte en Veracruz.


Desde el Colectivo Acción y Resistencia y el Periódico Labor nos sumamos y pronunciamos en solidaridad con la familia y amistades de Marco, y repudiamos este hecho, recordando también que por nuestra parte hemos tenido que sufrir la inoperancia deliberada por parte de las instituciones de justicia al no tener claros los hechos que llevaron al asesinato de nuestro compañero Jorge Eduardo García Rito el pasado 22 de diciembre de 2017, y ante la negligencia de los agentes ministeriales por no llevar a cabo una investigación.





 
 
 

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