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Un paraje en el caminar de los obreros mexicanos

  • Conejo Rojo
  • 29 may 2017
  • 2 Min. de lectura

Doña Eustolia blandió el cuchillo cebollero, un paraje en el caminar de los obreros mexicanos.

En margen al 1 de mayo y con la palabra “fuerza de trabajo” tocando a nuestra puerta, recorreremos de manera breve el movimiento obrero mexicano de los años 70 a través de una serie de cuentos que surgen de experiencias propias del escritor Paco Ignacion Taibo II.

Encabezados por la historia de un grupo de obreras de edad avanzada que luchan contra la patronal; Doña Eustolia blandió el cuchillo cebollero nos da un panorama de las carencias, dificultades, cotidianidades, victorias y derrotas que la clase obrera vive. Este libro nos muestra una realidad donde el obrero se mantiene a flote entre la necesidad, la injusticia y la esperanza, pero donde siempre existirá la posibilidad de generar una verdadera lucha. Asociando que el primer paso para romper la barrera entre el patrón y el obrero consta, esencialmente, del hambre y coraje que pueda caber en un trabajador, incluso aun cuando el trabajador no haya logrado entender el trasfondo de sus acciones. Macario personaje del tercer cuento llevará a cabo este primer paso aun sin saber la importancia de la palabra “clases” dentro de su lucha, palabra que dará nombre a su historia. Robándose nuestra calma estarán presente un sin fin de obstáculos que se les interpondrán a nuestros personajes a lo largo de su caminar, a pesar de que no siempre sean arrojados directamente por los patrones; tales como los prejuicios hacia la mujer y, peor, hacia las que abogan por justicia dentro de sus fábricas, caso de la industria febril descrita en el último relato, “Irapuato mi amor”. Pero aún más difícil saltar aquellas piedras que provienen del propio trabajador, como el miedo a aceptar que la resistencia se logra por medio del apoyo externo y la difusión de la causa cosas que después de tiempos de huelga lostrabajadores de Pascual y Alteza entendieron cada uno en su historia.

Como fantasmas dentro de las fábricas, las organizaciones que buscan impulsar el movimiento obrero son quizá archivadores de las luchas.

Taibo II plasma diversas situaciones donde estos personajes ríen con las victorias y lloran las derrotas de los trabajadores, pero no los describe en primer plano. Su tarea de encontrar métodos para que la lucha se haga de manera no tan empírica no siempre se adapta a las circunstancias por lo que empezar de cero será una herramienta válida, ejemplo de esto el cuento “Belarmino en Xalostoc” cuyo personaje se desenvuelve en el día a día de los trabajadores del barrio. Un libro que muestra historias victoriosas, de finales subjetivos y unas pocas derrotas unidas por la resistencia de los movimientos. Aun cuando a gusto propio el declive de los movimientos estuvo ligeramente ausente, es un texto que con su serie de cuentos da a conocer de manera llevadera un pasaje del caminar obrero mexicano.


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